Te miro desde lejos, no a vos, a mí.
Te miro y te sonrió entre las malezas negras.
El sol quema la piel, se vuelve salada por momentos, me quema el viento.
Sonreís y te veo, no a vos, sino a mí.
El agua estancada en la zanja, la mugre recorre mis venas.
No dejes que me vaya en ese tren tan roto, me llevara lejos.
No sabré como volver, la vía está perdida en la tierra.
Yo me pierdo en la tierra seca, entre los pasos de los perdidos y olvidados
Te busco y no te encuentro, no a vos, sino a mí.
El cielo se va tapando con un dedo ensangrentado.
Las paredes picoteadas por las risas antiguas.
Mírame a los ojos, si a mí, estoy acá sin ser vista
Las miradas atreves de las cerraduras escondes sacrilegios, allí en el tiempo
No grites, no hace falta, veo el motivo de todo en tus ojos.
Se clavan en el pasto largo y dejan caer la melancolía de lo perdido
Ellos nos miran, nos sonríe, pero no a vos, sino a mi
Es esa sonrisa maligna, de esas previas al pozo
Ese pozo me lleva solo a mí, no hay forma de evitarlo.
No me busques en la noche, mantente en tus sueños, mantente ahí
Es segura la vida detrás de esas barreras, no late la vida allí
Busquémonos entre la maleza amigo mío.
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