miércoles, 23 de mayo de 2012

Las palabras mudas


Te miro desde el fondo de esa ventana nublada
No hace falta que me digas nada, ni me mires
El viento que sopla me lo dice todo
Sopla con fuerza, eso sucede porque las palabras están el aire
No niegas nada, solo lo mantienes en el aire
Me pesa las cadenas que a veces suelo llevar
Las arrastro entre la gente gris, mientras te veo lejos de mi
Hay una carcajada en el cielo oscuro, resuena en mis oídos.
Y puedo ver tu sombra perderse entre las bloques de cemento.
Extraño un poco tus suspiros y más aun tus plegarias
No quiero correr a mi destino, quiero que él venga hacia a mi
No puedo seguirte, aunque mi instinto sea seguirte
El viento me acaba de susurrar que debo mantenerme quieta
Brota de las yemas de mis dedos lagrimas negras, casi sangre.
Te llevas una parte de mi, una mala y otra buena.
El reloj corre muy rápido no lo mires fijo.
Sal de aquí no mires hacia atrás, si te tengo que encontrar pasará
No hay respuestas ni nada más que buscar
Estoy girando mi cuerpo y dándote la espalda.
¿Qué más podría hacer?

martes, 10 de abril de 2012

La visita


El brazo me dolía, no sabía si era porque dormí toda la noche sobre él, haciendo que aparezca un calambre que recorre todo el brazo, hasta llegar a la nuca. Me despierto con enojo, la verdad es que quiero seguir durmiendo pero no puedo, ese dolor naciente me molesta por demás. Abro lentamente los ojos y el contorno de alguien que me observa se encuentra casi en frente de mi cama. El corazón me da un golpe en el pecho, el estado de alerta se apodera de mi cuerpo. Cuando mi vista se aclara no puedo dejar de asombrarme de ver que esa persona que se encuentra en frente mio, no es mas que yo misma. Pero estoy podrida, mi carne carcomida y verdosa. Ese cuerpo no vivo me observa con los ojos bien abiertos, la respiración que sale de su boca es un vapor frio que poco a poco va inundando el cuarto. No tengo la valentía para hablarle (me refiero a mi misma como otro ser), que podría decirle. Estoy viendo a mi muerte de frente, mi futuro, mi yo sin ser. Esa cosa pudrienta no es un ser, no puede contener nada. Ella mantiene la cabeza sobre de un costado, como si me observara intentando reconocerme. Tiene casi mi edad, eso significa que estoy a unos pasos de convertirme en eso. El corazón me retumba en la cabeza, ella esta mirando mi brazo dolorido, y parece sonreír levemente. Tengo miedo, casi nunca siento miedo, pero la piel se me eriza y me duele respirar. Es la angustia del miedo que hace que el pecho duela y tiemblen las extremidades del cuerpo. Me aprieto mas a la cama y no puedo sacar la vista de la boca, de sus dientes amarillos, de esos labios muertos. Se acomoda y cruza las piernas, parece suspirar. ¿Cómo puede suspirar? ¿Incluso como puede respirar?, ¿como puedo estar ahí, así? Miles de preguntas me rebotan en la mente, no hay nada más, no hay nada más. El dolor del brazo es lo único que hace que sienta algo. Miro lentamente mi brazo, sangre brota de una herida cerca de la muñeca. Me asusto ¿Cuándo paso esto? ¿En que momento apareció esa herida? La sangre brota lentamente, espesa va cayendo al piso. Ella me mira y sonríe, con dificultad se levanta de su asiento y camina hacia un costado de la habitación. Puedo ver que tiene un cuchillo en su mano, el cuchillo estaba manchado con sangre, ¿era mi sangre? ¿Era la suya? Sobre la pared comenzó a trazar cosas, nada en concreto, me dio la espalda y yo no podía dejar de obsérvala. En eso me iba a convertir y no quería saberlo, mi carne podrida verdosa y mordida por la tierra y el tiempo. Llena de tierra y de encierro, mi pelo duro como alambre. Esa cosa se movía con dificultad, mientras de mi brazo brotaba mi sangre en la pared se dibujaban garabatos con sangre. Quería llorar pero no me salen las lágrimas, a veces pienso que ya no tengo lagrimas. No se en que momento las perdí, pero sé que no están mas, sé que se secaron en algún lugar o día nublado. Ella ¿llorara?, sigue dándome la espalda, se detiene y gira mirándome nuevamente. Escribió mi nombre con sangre, siento ganas de gritar de salir corriendo, pero no hago nada, nada, nada. Esta muerta mi supervivencia, o tal vez no. Ella deja caer el cuchillo al piso y se acerca hacia mí. Su cara cada vez mas cerca de la mía, me mira directamente a los ojos. Sus pupilas blanquecida por la muerte, su aliento frio me baña la cara. Me siento cada vez mas débil, ¿se me esta yendo la vida? en este momento debe haber un charco de sangre al lado de mi cama, no quiero que todo termine así. Aun me falta mucho por vivir, hay cosas que todavía no hice, que todavía no sentí. Esa cosa me observa acaricia mi cara con su mano podrida, su piel es áspera, rota. Recorre mi cara como si intentara reconocerse a si misma. Pareciera que esta por besarme en la boca, acerca su boca a la mía y la abre, deja salir el aliento frio que se mete dentro mio. Mi cuerpo comienza a temblar, no puedo evitarlo y lloro. Después de mucho tiempo lloro de dolor, de angustia. Siento que mi corazón se contrae contra mi pecho y ella también llora, puedo ver sus lagrimas que caen sobre mi piel. No puedo evitar preguntarme que me lleva a estar en situación, a verme así. No esta bien, esto no es correcto. Sus lagrimas son heladas, ella esta helada, al igual que yo con la diferencia que yo estoy viva y ella esta muerta. Se aleja y se queda parada al lado de mi cama, yo ruego que por favor se vaya de una vez, que termine con esto. Ella no tiene intención de irse, se queda parada mi brazo sigue sangrando y cada vez me siento mas débil. ¿Voy a morir hoy? ¿Así? me miro el brazo y sin pensarlo me tapo la herida con la sabana, ya no quiero sangrar más. Ella se mantiene en su lugar, sigue llorando. Ninguna de las dos hablamos, dejamos todo así. Ella comienza a alejarse de mí y sale por la puerta, yo me levanto y me siento en la cama y la observo irse. Mis lagrimas se sacaron en mi piel y cayeron por mi boca, son saladas pensé.

Foto: Floria Sigismondi

miércoles, 4 de abril de 2012

El Final

Se acerca el Final lentamente se para sobre el escenario y mira al público. Mira a cada uno y sonríe, el Final es así, sabe que llega no anuncia cuando viene pero llega. Te deja esa sensación de vacío en el estómago que duele e incómoda, qué hacer con esas sensaciones, nadie sabe. El Final no lo dice solo se presenta, cumple con su obra y saluda al terminar el acto.

Yo suelo escribir garabatos en las hojas de mis apuntes, en todas. Todos tienen un poco de cada día vivido. Últimamente no estoy usando cuadernos, por ende no estoy haciendo garabatos. Fue el final de esa parte mía, ya no hay más de eso.

El Final más temido es el de alguien en la vida, ves la espalda de esa persona alejarse por un costado. Dejando en el espacio diversas sensaciones, la impotencia de ver marchar lejos los ecos de las voces. Ni dibujando se llena el espacio de esa sensación de pérdida.

No quiero gritar ni patalear, no voy a dejar que me gane este Final. Lo tomo como algo más que sucede, no quiero buscar explicaciones. Me voy a quedar mirando como saluda desde el escenario con paciencia voy a esperar que cierre el telón y deje de sonreír. Tal vez después llore un rato, pero cuando este sola, no rodeada de toda esta gente. Y después de llorar me voy levantar de la butaca y voy a caminar fuera de este teatro. Voy a caminar por la calle aunque nadie me vea caminar.

martes, 3 de abril de 2012

A mi

Te miro desde lejos, no a vos, a mí.

Te miro y te sonrió entre las malezas negras.

El sol quema la piel, se vuelve salada por momentos, me quema el viento.

Sonreís y te veo, no a vos, sino a mí.

El agua estancada en la zanja, la mugre recorre mis venas.

No dejes que me vaya en ese tren tan roto, me llevara lejos.

No sabré como volver, la vía está perdida en la tierra.

Yo me pierdo en la tierra seca, entre los pasos de los perdidos y olvidados

Te busco y no te encuentro, no a vos, sino a mí.

El cielo se va tapando con un dedo ensangrentado.

Las paredes picoteadas por las risas antiguas.

Mírame a los ojos, si a mí, estoy acá sin ser vista

Las miradas atreves de las cerraduras escondes sacrilegios, allí en el tiempo

No grites, no hace falta, veo el motivo de todo en tus ojos.

Se clavan en el pasto largo y dejan caer la melancolía de lo perdido

Ellos nos miran, nos sonríe, pero no a vos, sino a mi

Es esa sonrisa maligna, de esas previas al pozo

Ese pozo me lleva solo a mí, no hay forma de evitarlo.

No me busques en la noche, mantente en tus sueños, mantente ahí

Es segura la vida detrás de esas barreras, no late la vida allí

Busquémonos entre la maleza amigo mío.